La restauración de los humedales de la Janda: mucho ruido pero pocas nueces

Desde las administraciones públicas, especialmente la Junta de Andalucía, mucho se ha hablado y cantidades apreciables de dinero público se han gastado en «aparentemente» bien intencionadas iniciativas para regenerar los humedales de la Janda.

Desgraciadamente y pese al valor ecológico de la Janda, que estas mismas administraciones han reconocido en múltiples documentos y declaraciones públicas, este espacio natural sigue careciendo hoy en día de cualquier protección legal e incluso se rechazó la Propuesta de Declaración de ZEPA elaborada por nuestra Asociación en 2001 la cual contó con un importante apoyo internacional plasmado en cientos de escritos dirigidos desde distintos países a la Comisión Europea por instituciones y particulares que decidieron apoyarnos en ese intento por dotar de protección a este espacio.

Tampoco se han plasmado en realidades los múltiples proyectos, estudios y JORNADAS TÉCNICAS financiados por las administraciones públicas para restaurar los humedales (valgan como ejemplo los que aparecen en las fotografías adjuntas) y todo lo invertido no ha servido para regenerar ni un solo metro cuadrado de estos espacios que no olvidemos están en su inmensa mayoría deslindados como Dominio Público desde hace décadas.

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Paradójicamente la Junta de Andalucía  en una iniciativa – la cual no criticamos sino que muy al contrario aplaudimos – si está plasmando en realidad un multimillonario Proyecto LIFE para restaurar la Laguna de los Tollos, un singular humedal localizado a caballo entre las provincias de Cádiz y Sevilla que en el pasado también jugó  un importante valor ecológico aunque sin duda muy inferior al que incluso hoy en día sigue presentando  la Janda pese a las profundas transformaciones sufridas en la últimas décadas.

Podemos afirmar con rotundidad que si las administraciones públicas hubiesen puesto el mismo loable interés y grado de compromiso  demostrado en la restauración de los Tollos, con el mismo dinero público (e incluso con bastante menos) allí invertido en costosas compras de terrenos, compensaciones de derechos mineros y faraónicos movimientos de tierras, podrían haberse restaurado centenares de hectáreas de terrenos (estos sí de dominio público) en la Laguna de la Janda lo cual habría representado una contribución a la conservación de la biodiversidad de magnitud considerablemente superior a la que se conseguirá con la restauración de Los Tollos. Lamentablemente intereses de tinte económico y políticas que hacen prevalecer los intereses privados sobre los públicos siguen imposibilitando la tan ansiada y necesaria restauración de la Laguna de la Janda.